TRAS LAS HUELLAS DE HELIOGÁBALO - PARTE 5 DE 6
De camino a las Termas de Caracalla, nos encontramos no por casualidad, con un enorme descampado con forma elíptica y unas pocas ruinas en un extremo, es el Circo Máximo, un lugar en el que se evocan tan solo con un poco de imaginación, las carreras de cuadrigas de las que tanto se deleitaban los romanos y se nos vienen a la mente las míticas imágenes de la película Ben-Hur y sacando mi lado más "friki", el homenaje que George Lucas hizo en la Star Wars en el episodio I, a aquellas carreras.
Las carreras de cuadrigas, junto a los combates de gladiadores, es la máxima expresión del divertimento de los romanos, y el Circo Máximo de Roma, es el destino deseado de todos los aurigas, un "oficio" en el que puedes ganar grandes sumas de dinero, obtener fama. Los mejores de cada provincia, son elegidos para correr en Roma.
Tras la evocación del circo, llegamos a nuestro destino, una de las visitas mas deseadas, las Termas de Caracalla.
Septimio Severo inició la construcción de las termas, pero fue Caracalla el que las terminó, y por ello llevan su nombre.
Con unas gafas de realidad virtual y audio guía en castellano, pudimos caminar por los impresionantes salones, imaginar un baño en las imponentes piscinas o hacer ejercicio junto a las gladiadores, o leer en su envidiable biblioteca.
Las termas de Caracalla, gracias a sus módicos precios, eran visitadas por gran cantidad de romanos de todos los estratos sociales, de este modo patricios y plebeyos compartían un lugar donde además de disfrutar de sus instalaciones, se hablaba de política, literatura, filosofía, se urdían conspiraciones, etc.
La historia no nos da pistas sobre el uso que Heliogábalo hizo de estas instalaciones, ni tan siquiera si llegó a hacerles una visita, puesto que parece ser se hizo construir sus propias termas privadas. Pero con un poco de imaginación si que podemos ver a muchos de sus enemigos caminando plácidamente por sus jardines, un remanso de paz que invita a muchas cosas, entre ellas, la conspiración.
Quizás fue en estos jardines donde algunos de los senadores y patricios, cavilaban sobre la forma de deshacerse de un emperador que había comenzado a incomodarles, pero a buen seguro Heliogábalo conocía todos esos planes gracias a sus espías, sin saber que el enemigo estaba en su propia familia.