TRAS LAS HUELLAS DE HELIOGÁBALO - PARTE 6 DE 6

12.09.2020

La historia no nos cuenta cual fue el camino por el cual Heliogábalo hizo su entrada triunfal a Roma, pero todo nos hace pensar que la Vía Appia fue testigo de esa gran llegada, con el majestuoso carro que portaba el dolmen que representaba a El Gabal. Ningún visitante debería irse de Roma, sin recorrer al menos un tramo de una de las más importantes vías del imperio e imaginarse el trasiego diario y continuo de legiones enteras, de comerciantes.

Pisar la Vía Appia, es pisar el pasado, es hacerse participe de la historia y evocar las epopeyas de los caminantes que por allí pasaron. Viajeros ilustres, sin duda alguna, pero también viajeros anónimos que también formaron parte de aquella historia.

Una vez que la Vía Appia abandona Roma, sus márgenes se convierten también en lugares para el enterramiento ya que la ley romana prohibía las incineraciones y entierros dentro de la ciudad, por considerarlos impuros. Cerca de la Vía Appia y otras vías, se encuentran también las necrópolis romanas, mas tarde convertidas en necrópolis cristianas, como es el caso de las dos Catacumbas que nos disponemos a visitar y se encuentran en el recorrido de la Vía Appia.

La primeras son las de San Sebastián, llamadas así porque en ellas fue enterrado el Legionario que ser convirtió al cristianismo y por ello fue martirizado y después decapitado. San Sebastián es ahora, entre otras cosas, símbolo del movimiento lgtbi, aunque ningún escrito afirma o niega su homosexualidad. Las Catacumbas de San Sebastián nos dejan maravillados y nos retrotraen a un pasado oscuro y siniestro.

Pero lo mejor aún está por llegar en las Catacumbas de San Calixto, las mas grandes e impresionantes de toda Roma, veinte kilómetros de galerías y mas de cinco niveles de tumbas nos hacen de nuevo volar la imaginación. Llamadas así porque fue Calixto, nombrado por Ceferino administrador de las catacumbas y a la muerte de éste, elegido Papa.

Muchas cosas fueron las que me llamaron la atención de este "polémico" papa, y como logró ascender a este puesto desde su estatus de esclavo. Pero lo mas llamativo, es su coincidencia en el tiempo con Heliogábalo, ya que su pontificado coincidió casi en el tiempo con el reinado del emperador, entre 217-222 D.C.

Y con esta incertidumbre y extraña coincidencia, terminamos nuestras visitas "oficiales" a Roma. Y nos damos cuenta de que aún queda mucho por ver, mucho que descubrir y algún secreto por desvelar en la ciudad eterna. No tardaremos en volver.

Quizás os resulte interesante saber que, en algún punto de la visita a Roma, durante estos seis breves capítulos, me pudo llegar la inspiración de mi siguiente libro, el cual me encuentro ahora en pleno proceso de creación. 

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar